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Césped artificial vs Césped natural

A todos nos gusta tener un bonito jardín verde en el que pasar las tardes, en el que acoger las cenas con invitados en las cálidas noches de verano. Pero, sin embargo, pocos tenemos tiempo de tenerlo cuidado, de dedicarle el tiempo que se merece. Eso hace que surjan preguntas típicas como ¿césped artificial o césped natural?

Antes de que creas que has descubierto el modo de tener tu jardín tu perfecto sin necesidad de prestarle atención, hemos de decir que ambas fórmulas necesitan sus cuidados, aunque existen diferencias sustanciales entre una y otra opción que pasamos a explicarte a continuación.

césped

Regar. Aunque te parezca que no por su compuesto principalmente sintético, el césped artificial también necesita riego por aspersión, o mediante manguera en casa de no disponer del mismo, al objeto de refrescar y limpiar. Basta con unos minutos al día durante el verano, y según observemos su necesidad en el resto de estaciones. Del mismo modo, el césped natural necesita riego diario en verano, día sí y día no cuando el calor no es tan intenso o una vez al mes en invierno.

Cepillar o cortar. El césped artificial necesitan de cepillado a contrapelo con utensilios especiales, sobre todo si son días de paso asiduo de personas por el jardín o ha habido condiciones climatológicas adversas, como lluvia o viento. El césped artificial, por su parte, no necesita cepillado, pero sí ser cortado (sobre todo si no queremos que se convierta en un foco de pequeños animales).

Estas son las principales acciones que han de acometerse en nuestro césped, sea artificial o natural, pero no las únicas. Si es sintético, habrá también que vigilar que no aparezcan hierbas u hongos, además de prevenir, por ejemplo, su exposición a muy altas temperaturas. En cambio, y he aquí la diferencia mayor, el césped artificial no requiere de fertilización como el natural, ni de otros cuidados ocasiones como la resiembra. Claro que la “instalación” del natural es más barata…

Has de estudiar las posibilidades, valorarlas y disfrutar de la mejor opción. ¡Y a disfrutar de tu jardín!