Cómo ahorrar luz en casa

Prácticamente a diario vemos como en las noticias nos alertan de una nueva subida de la tarifa eléctrica. Si bien es cierto que no podemos pagar el precio por la electricidad que pagábamos hace unos años, hay una serie de pequeños hábitos que nos van a permitir que nos ahorremos unos euros en esa temida factura.

El primero de ellos es utilizar electrodomésticos de una etiqueta energética alta. La etiqueta energética es un sistema obligatorio de etiquetado que tienen los electrodomésticos y nos indica la cantidad de energía que consume el electrodoméstico en cuestión. Las etiquetas energéticas establecen diferentes niveles de eficiencia energética, que van desde las categorías A hasta la categoría G. Por poner un ejemplo, una lavadora de categoría A puede amortizar su diferencia de coste con respecto a una lavadora de categoría G en poco más de un año. Si una lavadora tiene una vida media de diez años, prácticamente desde el segundo año estamos ahorrando dinero en nuestra factura de la luz.

Las bombillas de bajo consumo o la iluminación led son otros métodos muy eficaces para ahorrar luz. En el caso de las bombillas de bajo consumo se recomiendan para zonas donde las lámparas van a estar encendidas mucho tiempo; para otras estancias como los baños o los aseos donde se necesita una iluminación óptima en poco tiempo sí es muy adecuada la iluminación led. En otras zonas del hogar como el garaje o el jardín se pueden instalar luminarias con sensores de movilidad o que se alimenten a través de energía solar.

Y otros consejos mucho más domésticos son por ejemplo: no dejar los aparatos electrónicos en stand by, descongelar periódicamente el congelador, abrir el frigorífico sólo para coger lo necesario pues a partir de los 10 segundos comienza a gastar frigorías, utilizar la lavadora únicamente a carga completa o bajar la iluminación de nuestro ordenador.

Siguiendo estos consejos, observaremos que la factura de nuestra tarifa eléctrica se reduce de manera sensible.