Los diferentes tipos de sueños

El maravilloso mundo de los sueños, ese en el que nos sumergimos cada noche, que nunca sabemos qué nos deparará. Un lugar en el que podemos ser reyes en palacios de cristal, mendigos en bancos de madera. Un mundo que representa un misterio y que ha sido estudiado por múltiples disciplinas y puntos de vista, hasta el punto de existir incluso catálogos de interpretación.

Una de las ramas que más se ha ocupado de los sueños ha sido la psicología, entre otras cosas, por los estudios del célebre Sigmund Freud, autor de la obra “La interpretación de los sueños”. Él explicaba, con toda lógica, que los sueños están íntimamente relacionados con nuestra vida consciente, y en él se daban tanto cosas que anhelamos como aquellas que no queremos que no sucedan (sueños negativos de deseos). Es lo que llamaba “deformación onírica”.

Es más, en los sueños podemos vivir situaciones que en la vida real, solemos reprimir. Analizar los sueños, para el padre del psicoanálisis, era desentrañar los secretos de nuestro subconsciente y su actividad.

Si hay, como decimos, catálogos sobre la interpretación de los sueños es porque el propio Freud pensaba que nuestros sueños son interpretables. Por ejemplo, ¿has soñado alguna vez que te persiguen? Tiene que ver con la sensación de sentirnos amenazados, y su origen puede provenir, según una reputada psicóloga norteamericana, de nuestros propios ancestros y sus huidas de enemigos. El de la caída de dientes, otro ejemplo, también es un sueño muy común, y podría tener que ver con nuestros temores. Hay quienes dicen que puede significar la muerte de alguien del círculo de quien lo sueña, sin que esta suposición sea resultado de un procedimiento científico contrastado.

Al margen de esto, los sueños también pueden clasificarse en diversos tipos según otros parámetros. Así, el sueño lento o pasivo está relacionado con la ausencia de movimientos oculares rápidos, al contrario que el sueño paradójico, que sí los tiene.